Monday, September 12, 2005

11 DE SEPTIEMBRE DE 1714


La Guerra de Sucesión fue fruto de la disputa dinástica tras la muerte de Carlos II. Como “El Hechizado” no dejó descendientes, se armo la de Dios es Cristo en toda Europa. Comenzó la guerra.
Por la Casa de Austria competía el que hubiera sido Carlos III de España y por la Borbónica el que finalmente fue Felipe V. Ambos dilapidaron fortunas enteras a costa de los españoles para hacerse con la Corona. Los nobles apoyaban una u otra causa en función de las prebendas, privilegios o parabienes que les ofrecían los pretendientes. En los coletazos finales, durante el sitio de Barcelona, Rafael de Casanova, con el viento ondulando su pelo y la bandera de Santa Eulalia, arengaba a los defensores. Se hizo famoso aquel 11 de septiembre de 1714 por “casi morirse” durante el asalto ( murió de viejo en Bajes, en 1743 ), defendiendo los privilegios otorgados por el pretendiente Carlos a los notables de su causa. En 1719 le fueron restituidos sus bienes. Cuentan que iba a rechazarlos heroicamente, pero al igual que no derramó hasta la última gota de su sangre en Barcelona, decidió aceptar patrióticamente para desconcertar al enemigo.
Hasta aquí todo normal y típico de los avatares históricos. Incluso sería comprensible que sectores monárquicos conmemoraran la efeméride por su canto a los Reyes de España por la gracia de Dios. La cosa se vuelve surrealista cuando se ve a ERC y otros independentistas genuflexos ante un monumento a la monarquía española. Cierto que no es más extraño que cuando el Lendakari Ibarreche habla de un conflicto de más de 170 años que coincide con la primera guerra Carlista (1833). Aquellos Carlos aspiraban también al trono de España, no al de Ondarribia.
Incluso el independentismo escocés va de ese palo glorificando la resistencia Jacobita de la batalla (perdida) de Culloden (1745). Carlos Estuardo aspiraba al trono de Gran Bretaña, no sólo al de Escocia, para eso se hubiera quedado en Holanda comiendo queso.
Y es que definitivamente, cuando el nacionalismo entra por la puerta, la historia sale por la ventana.
Quizás debieramos celebrar la batalla de Hastings como el día de la mujer trabajadora. ¿Que qué tiene que ver?, yo que sé, pero ya puestos....

0 Comments:

Post a Comment

<< Home